La ilusión duró poco. Más precisamente, dos meses: desde el 7 de noviembre pasado hasta el 5 de enero. En ese tiempo, los bonos argentinos lograron separarse un poco del grupo de los “parias” del mercado financiero. Durante esas ocho semanas, los analistas inundaron el mercado con informes que aseguraban que los títulos locales eran la mejor inversión posible. Pero ahora, todo parece haber cambiado.
La crisis política e institucional que se inició días atrás –cuando el Gobierno nacional le pidió la renuncia al presidente del Banco Central, Martín Redrado– golpeó con fuerza a los bonos. Y alcanzó para hacer volver a la deuda local al sitio en que estaba hace dos meses: por delante de Venezuela e incluso de Ucrania en la lista de los países considerados más riesgosos por el mercado financiero.
“Hoy el inversor internacional considera más factible la declaración de cesación de pagos en nuestro país que la declaración de cesación de pagos en Venezuela o Ucrania. Y pese al default de parte de su deuda, también los títulos de Ecuador rinden menos que los argentinos”, indicó Delphos Investment en un informe.
En rigor, los Credit Default Swaps (CDS) –contratos para cubrirse de un incumplimiento de pagos de un país– argentinos siempre estuvieron por las nubes. En enero del año pasado, el contrato a cinco años –el más negociado en la plaza– valía 4.060 puntos. Sin embargo, la buena racha que tuvieron los bonos en 2009 llevó a que a los CDS locales cayeran a 913 unidades al cierre del año. Pero ahora, a sólo 14 días de haber iniciado el año, los CDS se dispararon hasta las 1.059 unidades, es decir, 15%. Y superaron a los de Venezuela, que ayer estaban en las 869 unidades.
Las razones son varias: no sólo los bonos locales bajaron con fuerza en los pasados días, sino que los de Venezuela subieron con igual ímpetu, luego de que Hugo Chávez anunciara una devaluación del bolívar. La suba de la deuda venezolana hizo caer el precio de los CDS de ese país por debajo de los de la Argentina.
Como si fuera poco, también Ucrania –país que en 2009 sufrió una situación de fuerte tensión político-económica, que incluyó una devaluación y hasta una corrida de depósitos bancarios– se percibe hoy como menos riesgoso que nuestro país. “Los inversores internacionales estaban muy comprados y optimistas, quizá descontando algunos temas como el canje de deuda, que hoy se ven más lejanos. Ahora tienen que empezar a asimilar el ruido político. Quizá algunos leyeron que el riesgo de default aumentó, aunque todo indica que el escenario no es tal”, dijo Hugo Díaz Lourenco, de Delphos.
Por su parte, los expertos de Puente Hermanos aseguraron que hasta tanto no se defina un escenario más claro en torno a la futura composición de la conducción del Banco Central, la volatilidad de precios continuará. “En los próximos días la volatilidad afectará a los títulos públicos, especialmente a los del tramo largo de la curva, que presentan una alta sensibilidad a la aparición de noticias”.
Ayer, los bonos rebotaron con fuerza después de dos días seguidos de caídas. De todos modos, para los analistas aún no es tiempo de comprar. “Los bonos van a volver a subir, pero en el corto plazo seguirán cayendo”, dijo Díaz Lourenco.
Fuente: El Cronista