El ofrecimiento, verbalizado por el jujeño Gerardo Morales, consistía en que el Parlamento destrabase el embrollo en que quedó atrapado el pago de los vencimientos de la deuda a cambio de que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner derogue el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) por el que creó el Fondo del Bicentenario para el pago con reservas y convoque a sesiones extraordinarias. Pero Miguel Pichetto y Agustín Rossi advirtieron que los bloques oficialistas ratifican la legitimidad de las decisiones de la Presidenta y cerraron la discusión en la comisión bicameral que trataba el DNU de remoción de Redrado. Sin acuerdo, ese cuerpo emitió dos dictámenes. Uno a favor de la destitución y otro en contra.
La puerta se abrió con un pequeño cruce entre el radical Ramón Mestre y el kirchnerista Nicolás Fernández. El primero propuso “que la Presidenta derogue el DNU y convoque a extraordinarias para discutir (el pago de la deuda) en una ley”, y el segundo le respondió: “Es una decisión de la Presidenta y si así lo considera la convocará (a la eventual sesión)”. El senador Morales, que miraba la discusión por el circuito cerrado del Senado en las oficinas del bloque radical, bajó rápidamente al salón Illia para pedir la palabra en el debate. Sorprendió el jujeño –que a pesar de no integrar la comisión puede ser parte de sus deliberaciones– cuando advirtió que la situación generada con el Banco Central “le está impidiendo al Gobierno la capacidad de maniobra”, que “hay que ponerle un punto a la judicialización” del conflicto, y que “la situación de Redrado es insostenible porque un presidente de un Banco Central debe acatar las decisiones de política económica de su Gobierno”. Y fue aún más allá. “El senador Fernández planteó un tema y quiero ver si lo definimos. Si la Presidenta convoca al Congreso para que resuelva el pago de la deuda, el radicalismo está dispuesto a sesionar en febrero para resolver cómo se paga la deuda en 2010. Relegitimaría la posición de la Presidenta si retira los decretos y nos obliga a tratar el tema en el Congreso”, subrayó.
Su contraparte tomó la palabra y siguió la línea de las declaraciones sorprendentes: “La jefa de Estado evaluará esta propuesta, que es una muy buena propuesta. Esto es un salto de calidad institucional que ojalá sea imitado por otras fuerzas políticas”, lanzó el santacruceño ultra-K Fernández. Rápida de reflejos, la puntana Liliana Negre de Alonso propuso un cuarto intermedio de una semana para que el oficialismo consulte la propuesta con el Ejecutivo. Pero no pudo ser.
Rossi primero y Pichetto después cerraron de un golpe la puerta que pareció abrir Fernández. “No estamos para nada de acuerdo. Yo ratifico la legitimidad de las decisiones que tomó la Presidenta”, contestó el jefe de los senadores oficialistas. Y ante la inminencia del empate en los dictámenes por la destitución de Redrado apuntó contra los radicales: “Se pierden de darle a la sociedad una señal contundente de que no avalan a Redrado. A las buenas intenciones hay que avalarlas con gestos”. De nada sirvió su apelación. La oposición rechazó la destitución con las firmas de Mestre; Negre de Alonso; Luis Petcoff Naidenoff; Juan Tunessi; Roberto Basualdo; Rubén Lanceta; Enrique Thomas y Marcela Rodríguez. Y el oficialismo respaldó el DNU con Pichetto; Rossi; Fernández; Diana Conti; Marcelo Guinle; Beatriz Rojkes De Alperovich; Jorge Landau; y Luis Cigogna. Todo indica que para el desempate faltan varias semanas.
Fuente : El Cronista