El episodio se remonta al 5 de junio de 2007, cuando en medio de una inspección de rutina la división Explosivos de la Policía Federal, encontró un envoltorio con 100 mil pesos y 31.670 dólares ocultos en el baño de Miceli. En principio, la funcionaria – que en la actualidad asesora a Madres de Plaza de Mayo – dijo que el dinero era su hermano para comprar una vivienda y más tarde, que era suyo.
El fiscal Guillermo Marijuán, al reclamar la elevación a juicio, se apoyó en esa contradicción al señalar "la mendacidad con la que se desenvolvió la imputada a lo largo de la investigación" ya que esos billetes, según el funcionario judicial, "tenían un origen espurio" y "llegaron a su poder por afuera de una operación financiera legal, regular y debidamente registrada, que contara, además, con su correspondiente respaldo documental".
En un principio, se habilitó una segunda vía de investigación para determinar si el dinero había sido obtenido legítimamente por Miceli pero más tarde, después de pasar por el juzgado de Daniel Rafecas, la Sala I de l Cámara porteña decidió unificarlas en el de Servini. Miceli trabaja hoy en la Asociación Madres de Plaza de Mayo.
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