"No hay que perder de vista que la imagen de Kirchner depende de otros factores que trascienden este nuevo episodio con su salud y que son más determinantes, como la inflación, la inseguridad y los gestos de autoritarismo. Para su imagen es más relevante haber vuelto a la estrategia de generar y potenciar conflictos que la operación", dijo Sergio Berensztein, director de Poliarquía.
El consultor comparó la situación actual con la que siguió a la anterior intervención a Kirchner en febrero pasado. "En aquel momento hizo como que no había pasado nada. Al contrario, aumentó su actividad. Su actitud al salir anteayer de la clínica sugiere que va a seguir por el camino de la negación. Pero si, en cambio, pasa a tener una actividad más reposada, eso va a impactar en el liderazgo", advirtió.
Enrique Zuleta Puceiro planteó que, tal como ocurrió en febrero, Kirchner está ante una "oportunidad". "El primer incidente derivó en un cambio ostensible en la administración de sus esfuerzos: fue hacia menos confrontación y desgaste. Incorporó la Unasur a sus actividades. Pasó 20 días fuera del país por la mediación entre Colombia y Venezuela. Eso lo benefició porque bajó su nivel de confrontación a nivel interno. En aquel momento se registró un descenso importante en los niveles de rechazo hacia su figura", afirmó. "La enfermedad puede servir como puntapié para buscar equilibrios", dijo.
Analía del Franco, de la consultora Analogías, fue directa: "En febrero, Kirchner levantó la imagen entre 10 y 12 puntos. En personajes de su envergadura la enfermedad suele impactar a favor porque acerca. La gente tiende a solidarizarse porque lo siente más próximo. Pese a ser muy conflictivo, Kirchner aparece como alguien capaz de hacerse mala sangre y sufrir como cualquiera", planteó. Aclaró, no obstante, que ese envión "corre para un primer momento y luego se diluye".
Para Manuel Mora y Araujo la debilidad que necesariamente trae aparejada la enfermedad "le viene bien" al ex presidente. "La debilidad sólo puede jugarle a favor. La fortaleza es justamente su mayor debilidad, con lo que hacerlo más humano sólo puede ayudarlo. Mostrarse como una persona que tiene límites y los admite, que es justamente lo que le falta en política", afirmó.
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