Según publica el diario Clarín, en 45 días se realizaron 290 controles, de los cuales ocho dieron positivos. En términos porcentuales, el 4.14 por ciento de los controlados no pasaron la prueba.
Las cifras del Ministerio de Justicia y Seguridad porteño son contundentes. Del total de los controlados, 160 reaccionó al impulso lumínico –primera etapa del test- y, de ellas, ocho dieron positivo en el control específico de drogas: tres por cocaína, tres por marihuana y dos por la combinación de metanfetaminas y cocaína.
En tanto, cuatro conductores que no pasaron la primera etapa del control se negaron a someterse a la segunda instancia. Por ley, el involucrado tiene la posibilidad de negarse al segundo control aunque padecerá las mismas consecuencias que aquellos que dieron positivo.
A saber, las autoridades secuestran el auto y labran un acta contravencional que puede terminar con una multa que oscila entre los 200 y los 2.000 pesos o una pena de entre uno y diez días de arresto.
Cuando en 2008, se intensificaron los controles de alcoholemia en la Ciudad, los casos positivos se elevaron a un 3 por ciento. Sin embargo, la continuidad del plan ayudó a reducir la cifra que hoy se encuentra por debajo del uno por ciento.
“Todos los controles buscan cambiar hábitos culturales . Con los de alcoholemia se redujo sustancialmente el consumo de alcohol en conductores. Con los de drogas sólo la perseverancia y la rigurosidad nos va a permitir erradicar el hábito de ingerir drogas antes de manejar”, explicó el ministro de Justicia porteño, Guillermo Montenegro.
fuente minutouno