Muchos de los sobrevivientes del sismo del martes están en completa desesperación al no recibir ayuda, y muchos están tratando de abandonar la ciudad.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quien arribó este domingo a Haití, dijo que era la peor crisis humanitaria en décadas.
Los haitianos afectados siguen en espera de lo más básico: comida, agua, medicinas, y que los cientos de cadáveres sean sepultados.
¿Por qué es tan lenta la ayuda?
La ONU hizo un llamado para reunir US$562 millones con el fin de ayudar a 3 millones de personas durante seis meses. Se cree que unos 2 millones de personas necesitan ayuda de emergencia.
Nadie sabe la cantidad exacta, pero cálculos conservadores dicen que hasta ahora entre gobiernos, ONGs y Naciones Unidas se han donado más de US$500 millones, informó Madeleine Morris, de la BBC.
"Aunque, oficialmente, el gobierno de Haití estaría a cargo de apoyar los esfuerzos de ayuda humanitaria, en realidad es la ONU quien se encarga de la coordinación, y Estados Unidos está suministrando una importante cantidad de personal y logística.
"Los sistemas están ahí presentes, pero lo que dificulta llevar a quienes lo necesitan toda la ayuda donada es la completa ausencia de una oficina de una ONU local y de personal de ONGs, así como el terrible daño que sufrió la infraestructura del país".
La ONU confirmó el sábado la muerte del jefe de la misión en Haití, Hedi Annabi, y de su segundo, el brasileño Luiz Carlos da Costa.
El organismo internacional perdió al menos 40 empleados a causa del terremoto, aunque otros siguen desaparecidos.
Una violenta pelea por comida en las calles de Puerto Príncipe.
Reportes desde Puerto Príncipe señalan que en la tarde del sábado una multitud de alrededor de mil personas se vio envuelta en una violenta pelea por comida, en una de las calles centrales de la ciudad.
Pero un funcionario de Naciones Unidas le restó importancia al incidente de violencia y le dijo a la BBC que de manera general, la situación de la seguridad estaba en calma.
En tanto, los equipos de rescate en el terreno mantienen la esperanza de seguir encontrando sobrevivientes en el quinto día del devastador terremoto, reportó la agencia AFP desde la sede de Naciones Unidas en Ginebra.
Estados Unidos en el terreno
Los aviones de transporte siguen llegando a la capital del país, explican los corresponsales de la BBC en la ciudad. En uno de ellos arribó este sábado la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, quien rechazó las críticas de quienes dicen que la ayuda no está saliendo del aeropuerto, cuyo control fue cedido temporalmente a EE.UU. por el gobierno haitiano.
Clinton arribó a Haití para atestiguar de primera mano los efectos del devastador sismo.
Clinton, que se reunió con el presidente haitiano René Preval, dijo que a lo largo de Puerto Príncipe se están instalando 14 centros de distribución de agua y alimentos para dos millones de personas.
Mientras, las Fuerzas Armadas de EE.UU. comenzaron a utilizar un puerto en el norte del país ante la imposibilidad de utilizar los muelles de Puerto Príncipe. Con ello esperan incrementar la fluidez de la asistencia humanitaria.
"Puede que la ayuda esté llegando, pero poco se ve por ahora en la ciudad", dijo el periodista Nick Davis. El enviado de la BBC dijo que los únicos camiones que se ven en Puerto Príncipe sirven por ahora para transportar los escombros de los edificios derrumbados. Falta agua, comida y gasolina, aseguró. Por eso, para muchos la única alternativa es huir.
Aunque algunos equipos de rescate están sobre el terreno ya, dijo Davis, el nivel de destrucción es inmenso y el trabajo se complica aún más con las réplicas que aún pueden sentirse.
"Escena apocalíptica"
"La destrucción aquí es incluso más dramática que las penosas condiciones de la capital (…) Decenas de miles viven en los patios de las iglesias, en las canchas de las escuelas y en los mercados"
En el epicentro del sismo, en la ciudad de Leogane, a unos 30 kilómetros al oeste de la capital, "la escena es apocalíptica", según el periodista de la BBC Mark Doyle.
"Prácticamente todos los edificios que he visto en las cuatro horas de viaje desde Puerto Príncipe están destruidos. Los techos se han venido abajo o se han mezclado con las paredes", dijo.
"La destrucción aquí es incluso más dramática que las penosas condiciones de la capital (…) He visto una hilera de gente esperando para beber agua de un solo chorro. Decenas de miles viven en los patios de las iglesias, en las canchas de las escuelas y en los mercados", añadió.