dejado cegar por los estratosféricos retornos vernáculos. Hasta los más temerarios empiezan a preguntarse si vale la pena. La Argentina tiene ese “talento”.
En los números, este cambio de ánimo se vio reflejado claramente ayer en caídas de hasta 12% de los bonos en la bolsa y de hasta 9% en el MAE, donde se mueve el grueso del volumen en títulos públicos. Si bien los bonos ya venían reflejando el golpe que significa este nuevo brote de incertidumbre –justo cuando las cosas parecían empezar a verse mejor–, la noticia de que el juez estadounidense Thomas Griesa había embargado fondos del Banco Central depositados en Nueva York pareció ser la gota que rebalsó el vaso. Las ventas se aceleraron y el riesgo país, que registra el diferencial de tasa entre los bonos locales y los de Estados Unidos, saltó 44 unidades a 726 puntos básicos.
“Es cierto que se trata de poco dinero pero esto supone un nuevo retraso en los tiempos del canje. Además, uno se pregunta si Economía tendrá la capacidad institucional de atender tantos frentes de conflicto. Porque ahora hay al menos tres: el Fondo del Bicentenario, la operación del canje en sí, y ahora el embargo”, comentaba ayer Boris segura, economista senior para la región del Royal Bank of Scotland. “Si me preguntabas en la segunda semana de diciembre, hubiera dicho que para febrero el canje estaba cerrado. Pero ahora no está claro. Y la gente está vendiendo primero y preguntando después”, resumió.
“La pelea entre Redrado y Cristina vino a recordarle al mercado las viejas mañas de la Argentina. La suspensión del Fondo del Bicentenario también fue un balde de agua fría. El mercado estaba contento con la medida, porque despejaba fantasmas para este año y daba la tranquilidad de que se iba a pagar. Y ahora el embargo vuelve a poner a prueba el estómago de los inversores y muchos parecen estar diciendo ‘no, gracias’”, comentó un operador del extranjero.
Aunque el escaso volumen sigue siendo una buena noticia –ayer se negociaron u$s 150 millones–, el rojo acumulado en estos pocos días ya empieza a poner a prueba la tolerancia de los inversores más avezados. En el MAE, el Descuento en pesos bajó ayer 3,9% a $ 101 y ya pierde casi 9% desde que comenzó el descalabro. Una de las caídas más pronunciadas se vio ayer en el Bogar 18, que perdió casi 8% en el MAE. En la bolsa, los cupones atados al PBI se llevaron lo peor, con una caída de 6,5% para el de pesos, de casi 12% para el de dólares con ley local y de 9,3% para el de legislación Nueva York.
Después de haber ofrecido retornos de más del 300% durante el 2009, los bonos parecían encaminados a un 2010 más discreto pero claramente positivo, envueltos en la euforia del canje y una eventual vuelta al mercado. Las cosas se ven mucho más turbias ahora. Y si bien el papelón argentino se da en momentos en que el clima internacional está descomprimido, la Argentina sencillamente parecería estar jugando con fuego.
El Cronista