asumir responsabilidades ministeriales.
El envión del recambio legislativo y la nueva relación de fuerzas que se evidenció en el nuevo Congreso despertó la ansiedad de los dirigentes opositores por ocupar un espacio de relevancia mediática que permanecerá abierto solo por algunos meses, hasta que la atención se traslade a Sudáfrica y la fiebre mundialista obligue a un parate de la campaña prematura.
Para entonces, el año electoral estará a la vuelta de la esquina y asomarán a escena las encuestas que determinarán la suerte de las precandidaturas. En la mayoría de los opositores peronistas prima una idea: quien camine más rápido hoy, tendrá más chances de quedar mejor parado mañana, cuando llegue la hora de la decantación.
“Si hay varios candidatos, le darán más lustre a los pocos votos que obtenga Néstor Kirchner”, reconocen en las cercanías del ex presidente Eduardo Duhalde, principal interesado en apurar los tiempos para que el peronismo disidente resuelva, lo antes posible, quién será el postulante que se pare frente al santacruceño en la interna del PJ, aunque muchos creen que, pese a la reforma, una vez más esa pulseada se dará recién en la misma elección presidencial. Sin embargo, no todos están dispuestos a seguirle el paso al lomense, quien ya mencionó en su lista de ministeriables a Roberto Lavagna, Alfredo Atanasoff y Graciela Camaño, entre otros, y se llegó a señalar a la diputada bonaerense como su posible acompañante de fórmula para la interna.
Junto a los nombres de los gobernadores Mario Das Neves, Alberto Rodríguez Saá, José Luis Gioja y Juan Manuel Urtubey, y de los legisladores Francisco De Narváez, Felipe Solá y Carlos Menem, permanece aún latente el del santafecino Carlos Reutemann. Pero el ex piloto ya mostró en varias ocasiones que no está dispuesto a dejarse correr. A tal punto que su entorno dejó trascender en las últimas horas que el senador no enterró su proyecto presidencial, pero habría decidido pasar de largo el 2010 y recién pisar el terreno de la campaña el año próximo.
Las urgencias financieras que atraviesan las provincias y municipios haría estéril el esfuerzo por salir a encolumnar voluntades este año. Muy pocos gobernantes se pueden dar el lujo de manifestarse, públicamente, como opositores al kirchnerismo, cuando la mayoría necesita del auxilio oficial para cumplir con sus obligaciones y mantener sus distritos en orden. Sobre todo, en un año en el que la inflación disparará las demandas por recomposiciones salariales, que ya anticipan en el orden del 20%.
Es por eso que, en ese escenario, solo mandatarios abiertamente opositores como Mauricio Macri o el vicepresidente Julio Cobos, pueden darse el lujo de manifestar hoy sus sueños de enfrentar a Kirchner en un ballottage presidencial. Y hasta coquetear con la posibilidad de que el propio presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, se sume a la cruzada, conformando un eventual binomio con el mendocino.
Del otro lado, encuentran a un Gobierno cada vez más recluido, que avanza con sus decisiones por encima del Congreso y la Justicia, como en el caso de la Ley de Medios Audiovisuales; observa con recelo el movimiento de las empresas y los gremios, en torno a la suba de precios, el ajuste de tarifas y la disputa salarial 2010; y muestra al mundo un rumbo errático en materia de política exterior, con encuentros y desencuentros con la administración estadounidense, justo en momentos en que acelera los pasos para retornar al mercado de crédito internacional. Allí radica su esperanza de que los costos de financiar la reactivación económica, tras un año de crisis, no sean muy altos. Y que esa mejora deje a Kirchner en una buena posición para encarar la carrera presidencial que muchos comenzaron a correr este verano.
Fuente : El Cronista