le pidió a su par de Canadá que intercepte y confisque los manuscritos a los que reclama como propios desde 1967.
Según declaró al periódico "Jordan Times" la ministra de Turismo y Antigüedades jordana, Maha Khatib, "el Gobierno (jordano) ha pedido a Canadá, a través del Ministerio de Exteriores, que confisque los manuscritos".
Esa cartera se aferra a lo que establece la Convención de La Haya de 1954, firmada tanto por Canadá como por Jordania, sobre la protección de la propiedad cultural en caso de conflicto armado. Según la ministra, Israel obtuvo los documentos que estaban depositados en un museo de Jerusalén Este, bajo mandato jordano cuando lo ocupó en la Guerra de los Seis Días, en 1967.
Los rollos fueron descubiertos en unas cuevas cerca de Qumran, en el Mar Muerto, entre 1947 y 1956, son casi mil documentos, considerados los manuscritos bíblicos más antiguos conocidos hasta la fecha, de unos 2.100 años, e incluyen textos contemporáneos a Jesús.
Según el "Jordan Times", la prensa canadiense recoge la postura del Gobierno de Stephen Harper, que cree que la disputa sobre la propiedad de los manuscritos es asunto de israelíes, jordanos y palestinos y que, por lo tanto, no piensa intervenir en el conflicto.
El Gobierno jordano, por su parte, asegura que tiene documentos que demuestran que los documentos fueron comprados a unos beduinos que los habían encontrado en el desierto y que les pertenecen.
La Autoridad Nacional Palestina (ANP), en tanto, también los ha reclamado como propios diciendo que "son una parte integral del patrimonio cultural palestino", según palabras del director del Departamento de Antigüedades y Patrimonio de la ANP.