Cada vez que se le complicaron las cosas al cristikirchnerismo y últimamente a sectores del peronismo, acudieron a calificar las imputaciones en su contra como maniobras desestabilizadoras -cuando eran gobierno- o a persecución política ahora que no lo son.Por Ernesto Bobek Cáceres-Especial Total News-
También, y dentro de su épico “relato” apuntaron a los medios concentrados y a cualquier circunstancia que los dejara cuestionados por el desenfrenado saqueo de que hicieron víctima al país durante 12 años.
Hoy solo hablan de los problemas económicos del país, atribuyendo todos los males al actual gobierno al que atribuyenaplicar políticas neoliberales generadoras de miseria y desempleo. Entonces nos quedan dos opciones: a) Vivieron durante 30 años en una remota isla donde no había comunicación alguna con la civilización; b) Son miserables traidores a la patria, socios, partícipes o adulones de éstos por alguna conveniencia económica.
Las 10 causas que acumula Cristina Fernández y su reciente procesamiento con prisión preventiva como jefa de una asociación ilícita paraestatal para cobrar sobornos a contratistas del estado ya exceden la absurda pretensión de que todo es un invento del Dr. Bonadío, a quien la cámara del fuero acertadamente confirmó en el cargo.
Quedó a la vista el escandaloso escenario al que se le cayó el telón merced al temor de los empresarios y ex funcionarios imputados devenidos en locuaces arrepentidos para evitar perder su libertad. El cúmulo de aberrantes ilícitos que sistemáticamente se negaban quedaron absolutamente acreditados.
Se atribuyó a Joseph Goebbels, ministro de propaganda del régimen nazi la antiquísima frase: “Miente, miente, que algo quedará”. Los cristikirchneristas acuñaron otra similar: “Niega, niega, que algo se diluirá”. Pero no contaban con que sus empleados y acólitos rompieran el pacto de silencio, ni que empresarios muy comprometidos relataran los pormenores de la realidad incontrastable del pago para “calificar” para obras públicas.
Ya antes del fallo de más de 500 fojas, la defensa de la ex presidente no podía desconocer alegremente los hechos. Solo le quedó el argumento de que su asistida ignoraba y era ajena a las maniobras que habían llevado a la detención de 14 personas y a provocar que 23 imputados se convirtieran en arrepentidos. La investigación sigue su curso y sin dudas hay enorme cantidad de ilícitos por descubrir.
Son contundentes las pruebas, declaraciones y reconocimientos que demuestran que los argentinos fuimos estafados desde lo más alto de un gobierno que democráticamente tomó las riendas del país por 12 años, primero con Néstor y luego con Cristina.La tristísima realidad sepultó el maldito “relato” con que nos quisieron convencer de las bondades de un gobierno populista.
No eran populistas, de izquierda, centro ni derecha. Fueron miserables delincuentes que se apropiaron de la riqueza del país, precisamente en momentos en que tuvimos las mayores posibilidades de insertarnos internacionalmente como actores de peso en el mundo.
Y nunca debemos olvidar a la vista de los montos que se están barajando, que el saqueo trajo miseria y muerte; parte de lo investigado incluye la tragedia de Once, la de los Qom, la desnutrición infantil, los subsidios desenfrenados para contentar a los que no piensan ni quieren pensar y menos trabajar, por solo mencionar algunas desgracias. Felizmente al “relato” le llegó su hora. A los traidores a la patria, también.
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