Cuando partidos políticos populistas llegan al poder por las urnas, no tardan en encontrar absurdos argumentos para desde el parlamento o caprichosos decretos legislar a espaldas de los preceptos constitucionales. Por Ernesto Bobek Cáceres- Especial Total News-
Entienden que a ellos siempre les cabe la excepción, ya que se ven como seres superiores fuera del alcance de cualquier ley que limite sus tan desmedidas como aberrantes ambiciones. El ADN del populismo es el desapego a la legalidad y a la legitimidad de los actos de gobierno mientras están en el poder.
Más temprano que tarde, cuando son descubiertos por su participación directa en hechos delictuosos mediante los cuales se enriquecen a costillas de aquéllos a quienes dicen representar, se lanzan a denunciar movimientos destituyentes de la “oligarquía, de la ultraderecha, de los medios hegemónicos, del Imperio” o quien les venga a mano para enterrar las normas penales inconvenientes debajo de alguna alfombra. Y en realidad, cuando se los acusa y enjuicia es por delitos tipificados en la normativa penal que rige para todos por igual.
Con variantes hemos sido sorprendidos por este verdadero “modus operandi” en distintas latitudes. En nuestro medio, lo vemos con funcionarios del gobierno anterior y sindicalistas apuntados por la Justicia, aun cuando quedó muy claro que durante largo tiempo fue lenta y no exclusivamente por falta de tiempo o personal.
En Venezuela, país rico sin esforzarse, merced a una confusa y malformada política bolivariana que destrozó la economía, el gobierno de Hugo Chávez Frías primero, y Nicolás Maduro ahora, han saqueado el país dejándolo en estado de hiperinflación y quiebra absoluta. Ellos y sus familias ganaron un inmerecido poder omnímodo y se enriquecieron a la par de los Diosdado y algunos acólitos más. Los militares en que se escudan para mantenerse a punta de fusil en el poder deben cobrar sueldos que les permiten vivir mejor que el resto de los venezolanos, y no cuestionan las más abyectas órdenes que pueden incluir ejecutar a quienes osen oponerse al régimen. Ya anunció Maduro hace largo tiempo que es imposible siquiera imaginar que va a “entregar la Revolución”. Y siguiendo este dislate, las elecciones son siempre amañadas, con una Asamblea Constituyente convertida en un “chirolita” de sus designios. Venezuela se encuentra hoy a la par de lo peor de Cuba, en cuanto a libertades se refiere.
En Brasil con una justicia dinámica y eficaz, se logró desenmascarar a Luiz Inácio Lula da Silva y a su seguidora Dilma, la que tras el impeachment fue eyectada de lapresidencia. Ahora tratan de cerrar filas negando sus delitos pese a las condenas y confirmación del superior, atribuyendo todos sus males a una persecución política y mediática. Un simple calco de lo que vemos acá, nada nuevo para los argentinos. No casualmente a Lula le ofrecieron su apoyo nuestra multiprocesada ex presidente, Evo Morales y hasta Diego Maradona!!
Saben los populistas que si salen de la carrera electoral tan solo una vez, no vuelven más. El partido de los trabajadores brasilero (PT) estaría prácticamente condenado a la disolución, y los corruptos terminarían con sus osamentas tras las rejas. Y es por ello que el PT, contra viento y marea y con condenas confirmadas que demuestran actos de corrupción desde la misma presidencia, lanza nuevamente como candidato a Lula, como última red de contención para no desaparecer.
Los argentinos debemos tomar nota del avance del populismo, ese verdadero flagelo que alegando ser progresista ha dinamitado las posibilidades de crecimiento y sumido a sus representados en la más absoluta miseria. Cuando desde la desesperación critican a nuestro gobierno constitucional para evitar el justo accionar de la Justicia independiente que hoy gozamos, no podemos menos que recordar cada día lo cerca que estuvimos del abismo.
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