Como toda la tropa que recorre la provincia de Buenos Aires en nombre de la candidatura de Sergio Massa, el dirigente evaluó como positivas las críticas que la Presidenta le dedicó el viernes al intendente de Tigre, durante la Asamblea Legislativa. Massa, en cambio, se sumergió en el silencio. Y ordenó callar a todos sus voceros.
La diferencia se explica por la división de tareas que existe en el massismo: mientras quienes arman para el intendente están convencidos de que Massa competirá en las elecciones legislativas de octubre contra el kirchnerismo (por dentro o fuera de la interna) y que el reto presidencial reveló los temores de la Casa Rosada a que eso suceda, también saben que Massa no tiene apuro en blanquear sus intenciones y, mucho menos, en que alguien lo haga por él.
El viernes, luego de recordar el enfrentamiento del domingo pasado entre facciones de la barra brava de Tigre, que terminó con la muerte de un hincha, la Presidenta se descargó contra Massa: “El intendente había inaugurado modernas cámaras, pero cuando se balacearon dos bandas de barrabravas, se habían dañado y no se logró ninguna filmación”. Luego pidió no utilizar a la seguridad “como instrumento político”.
“Las críticas de la Presidenta buscaron empujar a Sergio para que se largue y dejarle en claro que es la voluntad de Cristina romper toda relación con él”, explicó un intendente del norte del conurbano alineado con Massa.
Sin embargo, como el resto del massismo, evaluó que la crítica presidencial benefició al tigrense. “Nos beneficia porque nos elige como enemigos y deja en claro que también los compañeros kirchneristas están preocupados por lo que genera Massa en la gente”, interpretó un diputado provincial del Frente Renovador, el partido que encabeza el intendente.
“Ya era hora de que nos pegaran. Todo bien con pegarle a Daniel [Scioli], pero los números son los números. Que nos critiquen reconoce nuestro lugar en el escenario”, agregó otro referente massista, para aclarar: “Los tiempos siguen siendo los que decida Massa”.
El hombre que celebró con el latiguillo que Kirchner utilizaba contra Clarín agregó elementos para entender el escenario de la relación entre la Casa Rosada y Massa. “No sólo están convencidos de que vamos a jugar: saben que si no juega Sergio, van a perder las elecciones contra [el diputado Francisco] De Narváez. Y si les gana «el Colorado», el que realmente les gana es Scioli”, indicó.
Las encuestas que maneja Massa le repiten cada semana que la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, no puede perforar el techo de 30 puntos que otorga ser candidato del Gobierno. Y que el segundo mejor postulante bonaerense del kirchnerismo es el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo. “Mide 11 puntos. Massa, antes de hacer campaña, arranca con 44 puntos”, agregó la fuente.
“¿Para qué nos vamos a apurar o cambiar si nos va bien dedicándonos a la gestión?”, se preguntó un referente massista, parafraseando una máxima de los asesores de campaña norteamericanos: “No trates de arreglar lo que funciona bien”.
Como el resto de sus pares, prefirió olvidar que Massa se muestra en todos los buenos momentos por los que pasa el Club Tigre y destacó que la muerte del hincha se produjo en San Fernando. Pero agregó un dato: el líder la barra brava del club, Daniel Paz, más conocido como “el Negro Fiorucci”, es un histórico puntero del PJ del ex intendente de San Fernando Osvaldo Amieiro.
Otro intendente que no oculta su entusiasmo por una alianza entre Massa y Scioli también festejó el reto presidencial. “Fue oportuno, porque les muestra a Scioli y a los peronistas que el Gobierno no tiene pertenencia ni lealtades”, señaló. “Esto nos pone en inmejorables condiciones para que Daniel acompañe a Massa en la elección con Karina [Rabolini, su esposa]”, se entusiasmó.
Uno de los pocos massistas que ayer se animó a opinar sin exigir reserva fue el ex ministro de Economía provincial Jorge Sarghini. “En la provincia y dentro del peronismo se empieza a generar una expectativa que no es lo que el kirchnerismo desea”, sostuvo, para explicar las críticas contra el tigrense. Pero aclaró de inmediato que “para tomar una decisión falta tiempo”. Es que el tiempo, el momento, parece la única variable en manos de Massa.
vaivenes de una relación
De la máxima cercanía a la desconfianza
El funcionario estrella
Massa dirigió la Anses durante toda la gestión de Néstor Kirchner. Cristina lo convocó luego como jefe de Gabinete en 2008
El intendente díscolo
La Presidenta dejó de confiar en Massa cuando WikiLeaks publicó dichos despectivos de él sobre Kirchner. Sin romper con el Gobierno, Massa arma una opción peronista en la provincia. Anteayer, ella lo acusó de “hacer campaña” con la seguridad
fuente lanacion