En el tercer juicio sobre la Escuela Mecánica de la Armada (ESMA), uno de los dos principales centros clandestinos de detención de la última dictadura de Argentina (1976-1983), se juzgarán delitos que no fueron condenados en los dos primeros procesos judiciales, finalizados en 2007 y 2011. Aquí, la lista de algunos de los 68 imputados:
Jorge Acosta
Alias El Tigre, excapitán de fragata de la Armada argentina. Fue jefe de Inteligencia y jefe del grupo de tareas de la ESMA. Nació el 27 de mayo de 1941. Le imputaron 82 delitos, entre ellos el secuestro y la desaparición de la familia Tarnopolsky, las torturas y el probable homicidio de otros detenidos todavía desaparecidos. Responsable de los secuestros del primer grupo de Madres de Plaza de Mayo, que se reunían también para reclamar por sus hijos desaparecidos en la iglesia de la Santa Cruz. Allí fueron detenidas ilegalmente en diciembre de 1977 junto a las monjas francesas Alice Domont y Leonie Duquet y otros siete militantes por los derechos humanos. Miembro del Centro de Informaciones sobre la Represión, en 1981 viajó a Sudáfrica como asesor en lucha contrainsurgente. Beneficiado por la ley de obediencia debida (1987), fue detenido tras su anulación, en 2003. Ya ha sido condenado a prisión perpetua en el segundo juicio sobre la ESMA, finalizado en 2011, y en julio pasado recibió otra sentencia a 30 años de reclusión por el plan creado por la dictadura para el robo de bebés de desaparecidas nacidos en cautiverio. También ha sido investigado por el exjuez Baltasar Garzón y por los tribunales de Italia.
Jorge Rádice
Nacido en 1951, exteniente de fragata, apodado Ruger o Gabriel, formó parte de uno de los grupos de tareas de la ESMA y, entre otras actuaciones, ha sido acusado de apropiación de bienes de desaparecidos. Administraba esos activos e incluso vendía sus inmuebles. Fue secretario personal de uno de los integrantes de las Juntas Militares que encabezaba el régimen, Emilio Massera. Participaba en las sesiones de torturas a los prisioneros e integró el grupo operativo que secuestró al llamado grupo de la Santa Cruz. Beneficiado por la ley de punto final (1986), fue condenado a prisión perpetua en el segundo juicio sobre la ESMA.
Adolfo Donda
Excapitán de fragata, perteneció al sector de inteligencia del Grupo de Tareas de la ESMA. Ya fue condenado a reclusión perpetua por delitos en este centro clandestino de detención. Curiosamente, el hermano de este marino fue desaparecido junto con su esposa, que parió en la ESMA a una de las bebas robadas. Aquella niña recuperó la identidad a los 26 años y en la actualidad es la reconocida diputada Victoria Donda, del opositor Frente Amplio Progresista. Adolfo Donda también fue investigado por Garzón.
Carlos Capdevila
Alias Tommy. Excapitán de corbeta. Fue médico de la ESMA y atendió a los partos en la maternidad clandestina que funcionó en la escuela. Ha sido acusado de participar en secuestros, torturas y desapariciones. Ya fue condenado a 20 años de cárcel.
Ricardo Lynch Jones
En su perfil de la red social LinkedIn, se presenta como “preso político” y vendedor de seguros. Bajo el mote de Panceta, fue capitán de fragata y se desempeñó en el grupo de tareas de la ESMA. Durante su indagatoria sugirió que quien actuó en ese centro fue su hermano, que había fallecido. Se encuentra bajo arresto domiciliario.
Juan Alemann
Nacido en 1927, es un abogado y empresario que se desempeñó como secretario de Hacienda de la dictadura entre 1976 y 1981. Como tal, secundó al ministro de Economía de entonces, José Alfredo Martínez de Hoz, y fue uno de los responsables del fuerte crecimiento de la deuda externa de Argentina en ese periodo, pero ahora es acusado por presenciar en la ESMA el interrogatorio bajo torturas de un integrante de la guerrilla peronista Montoneros que había atentado contra él en 1979. Él y su familia controlan el semanario argentino en alemán Argentinisches Tageblatt y además preside la consultora económica Serve América. De posturas muy liberales en lo económico, ha declarado que “la ESMA fue el único lugar donde se torturaba por placer; en otros lados solo se torturaba para sacar información y luego los mataban”. También negó en 2005 que hubiese habido 400 bebés robados por el régimen: “Hubo unas 200 mujeres que tuvieron hijos en cautiverio durante el gobierno militar, pero la mayoría de los niños fue entregada a los jueces, mientras quedaron menos de 30 casos que los distribuyeron entre familias de militares. Eran chicos que sobraban, porque estos guerrilleros constituían parejas y mientras peleaban tenían hijos. Era una irresponsabilidad. Pero no hubo robo de chicos. Hay que tener estómago para hacerse cargo del hijo de un guerrillero…”. Hasta ahora unos 108 niños robados han recuperado su identidad.
Antonio Pernías
Nacido en 1946 y apodado La Rata. Excapitán de fragata. En agosto de 2010, durante su declaración en el segundo juicio de la ESMA, admitió la existencia de los vuelos de la muerte durante la dictadura, en los que los secuestrados eran desnudados, encapuchados, atados de pies y manos, golpeados, drogados con pentotal y arrojados al río o al mar para morir al impactar en el agua o ahogados. En el tercer juicio de la ESMA se juzgarán por primera vez los vuelos de la muerte. Pernías era oficial de Inteligencia del grupo de tareas de la ESMA. Fue responsable de la desaparición y la tortura del grupo de la Santa Cruz. También participó en los homicidios de un grupo de curas y seminaristas palotinos. La ley de obediencia debida le amparó, pero fue condenado el año pasado a prisión perpetua por crímenes de la ESMA. “En la ESMA, en particular, se aplica la tortura de los dardos, consistente en la utilización de dardos envenenados para caza mayor. Este tipo de tortura lo diseña Antonio Pernías, que pretende usarlo con los detenidos y para los secuestros. Experimenta con ellos aplicándoles distintas dosis, para determinar la adecuada que los paralice durante una hora”, señalaba uno de los testimonios recogidos en el auto de procesamiento del juez Garzón.
Rogelio Martínez Pizarro
También llamado Tommy, nacido en 1948, es médico y fue capitán de fragata. Era uno de los profesionales que atendían a los secuestrados en la ESMA, pero que también integraban el escuadrón de tareas represivas. Como tal, está acusado de participar en detenciones ilegales, tormentos y robo de bebés. Por ejemplo, un testigo lo acusa de haberle aplicado una inyección de cianuro a Norma Arrostito, una de las fundadoras de Montoneros, por orden de Jorge Acosta. En 1978, Martínez Pizarro fue condecorado por su “heroico valor en combate”.
Ricardo Cavallo
Alias Serpico, Marcelo o Miguel Ángel. Excapitán de corbeta. Nacido en 1951, vivía de incógnito en México hasta que el periodista José Vales lo descubrió. En agosto de 2000 fue detenido allí por orden de Garzón. Fue extraditado a España, donde cumplió prisión en Alcalá-Meco a la espera de su juicio. Finalmente, fue entregado a la justicia argentina en 2008. Se le considera parte de la maquinaria de exterminio de la dictadura argentina. La fiscalía española le pedía hasta 17.000 años por crímenes de lesa humanidad. En el segundo juicio de la ESMA fue condenado a prisión perpetua.
Alfredo Astiz
Nacido en 1951, excapitán de la Armada y agente de inteligencia, conocido como el Ángel Rubio o el Ángel de la muerte. Se infiltró en Madres de Plaza de Mayo. Formó parte del grupo de tareas de la ESMA. En 1990 fue condenado en ausencia a cadena perpetua en Francia por el asesinado de dos monjas francesas, del grupo de la Santa Cruz. Astiz se mantuvo en libertad hasta 2006, en que fue procesado. Durante el segundo juicio de la ESMA, en el que fue condenado a reclusión perpetua, entregó una copia de la Constitución argentina a los tres jueces que lo juzgaban y reclamó ser tratado como “un perseguido político”. Astiz proclamó: “Yo cumplí y cumplo la Constitución. He dado al combate lo mejor que pude”. En unas declaraciones recogidas en su día por una periodista argentina, el marino afirmó: “Lo digo siempre: soy un bruto, pero tuve un solo acto de lucidez en mi vida. Meterme en la Armada”.