Ante un salón repleto de empresarios que desesperados se agolparon para entrar y no perderse el plato fuerte del cierre de la 18º Conferencia Industrial de la UIA, la presidenta Cristina Fernández escuchó a su par brasileña Dilma Rousseff con mucha atención durante casi una hora y luego se despachó con un duro discurso en el que atacó fuertemente al sector automotriz, uno de los que lideraron el crecimiento de la industria de los últimos años y el único que realmente está integrado con el mayor socio del Mercosur.
“Todas las automotrices son extranjeras. Por eso hay que fortalecer a los proveedores locales. Muy lindo todo con las terminales pero remesan todos los años sus utilidades al exterior”, disparó la jefa del Estado, ante 800 empresarios, funcionarios y periodistas.
Cristina compartió la mesa principal junto a su par brasileña y tres de sus ministros; el gobernador Daniel Scioli; el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina; los ministros de Planificación, Julio de Vido, y de Industria, Débora Giorgi; el canciller Héctor Timerman; el titular de la UIA, José Ignacio de Mendiguren, y el presidente de la conferencia, José Urtubey.
La declaración de la Presidenta generó pánico entre los empresarios del sector, quienes habían llegado a la conferencia –que comenzó el martes– con un gran optimismo respecto de la marcha de la actividad en los últimos meses y la expectativa positiva para el año próximo, en vistas de la recuperación de la demanda brasileña. A partir de los dichos de Cristina, el humor de los directivos de las automotrices cambió y se reavivó el temor de que comiencen a ser estrictamente controlados por el Gobierno.
La Presidenta también señaló: “Todos me pueden decir que son sociedades argentinas de las matrices extranjeras, pero envían todos los años sus utilidades al exterior”. Al respecto, especificó que de la década pasada a la actual, el giro de ganancias a las casas matrices subió a los u$s 41.000 millones, que representa un 1,7% del PBI.
“Cuando le vamos a anunciar inversiones, se le cae la baba y ahora nos mata”, señaló, muy sorprendido, un empresario de una automotriz, cuyo concepto compartían todos ayer luego de la exposición de la mandataria.
También Rousseff envió un mensaje hacia las terminales, aunque de un modo más implícito. Fue cuando se refirió a la necesidad de lograr una mayor integración con la Argentina y manifestó su voluntad no sólo de que más productos argentinos lleguen a Brasil, sino de que esos bienes “sean portadores de contenido local”. “Queremos que las plantas brasileñas se abastezcan de insumos argentinos”, señaló. Sus palabras también fueron interpretadas como un mensaje hacia las terminales, que compran partes extrazona para fabricar los autos que luego envían al mayor socio del Mercosur, consideró un autopartista.
Las jefas de Estado hablaron durante casi dos horas luego de un encuentro bilateral que mantuvieron en el mismo hotel Sofitel de Cardales donde se realizó el evento empresario. Además de industriales de todo el país, participaron de la conferencia referentes del sector bancario, como el titular del Banco Macro, Jorge Brito; el presidente de la Bolsa, Adelmo Gabbi –llamó la atención su presencia, luego del proyecto de reforma del mercado de capitales–; el titular de la Asociación de Bancos de Argentina (ABA), Claudio Cesario, y el presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Luis Etchebehere, entre otros.
NATALIA DONATO x Y DOLORES AYERRA Buenos Aires
fuente cronista.com