Esta semana se conoció un informe de la Revista NEWSWEEK que desde años es considerado un estudio confiable. El mismo nos ha revelado que entre los cien países más desarrollados el nuestro ocupa el lugar número 46. Recuerden amigos, como lo hemos dicho muchas veces en estas columnas, que en la década del 20’ del Siglo XX la Argentina era el SEXTO. El nuevo “ranking” indica que tomando solamente América Latina encontramos que Chile, Costa Rica, Panamá, Perú y Uruguay están antes que nosotros, o sea están menos mal que nosotros. Entre diversas variables estudiadas, Chile ocupa el lugar 24 en “dinamismo económico” y la Argentina el 75.
Frente a ello, debemos preguntarnos qué hemos hecho los argentinos para degradarnos tanto. Tomando nota de lo informado por los medios de prensa (entre los que se incluye la poderosa red de información gubernamental) comprobamos que tanto nuestros representantes asentados en el Gobierno como los que se titulan opositores están desde hace tiempo empeñados en formularse acusaciones cruzadas. “Que el Gobierno no hace nada” dicen unos, “que los opositores sólo están para manifestar su oposición a toda iniciativa gubernamental” retrucan los otros.
Lamentablemente ambas aseveraciones son ciertas. Ninguna de las dos partes se sienta concienzudamente a elaborar un verdadero Plan de actividad Estatal. El país marcha porque es un país fantástico, donde nuestros campos producen porque todos los días sale el sol, y cuenta con algunos industriales concientes y deseosos de trabajar por la Patria, tanto en la agroindustria como en las demás actividades fabriles, comerciales e industriales. Tenemos industrias que son líderes mundiales en lo que producen, pero días pasados un sindicato cada vez mas poderoso se permitió frenar la salida de planta de su producción durante cinco días, por un reclamo contra transportistas contratados por esa firma. O sea que ella nada tenía que ver en el baile. ¿Cuánto le costó ese desplante, ese baile al país, – como pérdida de imagen y de seriedad?
Tenemos una empresa metalúrgica (fundición) que desde hace años era líder en su especialización, que fabrica blocks de motores. Empleaba 1.200 trabajadores más todos los empleos indirectos que se generan alrededor de toda empresa productiva. Proporcionaba gran parte de su producción a una empresa líder de la industria automotriz. Diversos incumplimientos, junto a trabas en la exportación, obligaron a esa automotriz a cancelar una vinculación de años, por no ser más confiable. La empresa hoy está en convocatoria de acreedores y sólo pudo formular un plan de actividad, incluso de dudoso cumplimiento, sobre la base de mantener trabajo para 250 operarios, despidiendo a todos los demás. Hoy está cerrada. Era el segundo empleador en su ciudad.
Por otro lado, este año se producirán en la Argentina unos 700.000 vehículos automotores, cifra record. Cuando hace ya muchos años superábamos las 400.000 unidades, el 90% de las partes eran producidas por nuestra industria de autopartes. Hoy con más de 700.000 sólo el 30% es de origen nacional. Alguien se equivocó por el camino, y ese alguien no es otro que las normas gubernamentales que rigen la producción y la exportación junto a los dirigentes sindicales que solo piensan en los salarios y prebendas y se olvidan que para abonarlos el dador de trabajo debe poder entregar su producto, bien hecho y en tiempo y también tener un rédito. El sistema impositivo y aduanero ha hecho que muchas fábricas tradicionales, como una internacional que desde hace décadas producía lámparas eléctricas, haya levantado su planta y se haya trasladado al Brasil. Hoy importamos lo que antes producíamos.
Cuando nosotros éramos la SEXTA nación, Brasil no existía. Hoy integra el BRIC, junto con Rusia, India y China, un grupo que lidera toda clase de estadísticas y avanza a paso agigantado. Brasil se ha convertido en la principal potencia de América Latina, y en los últimos cinco años un 30% de su población humilde, de bajos ingresos, ha pasado a incluirse en la “clase media”, tanto por su nivel de vida como por su crecimiento económico y cultural.
En lo referente a educación constatamos diariamente olas de paros, de profesores, de estudiantes o de personal administrativo. Cuando no está en huelga un gremio, lo hace otro. No hay año que no se debata la necesidad de extender los períodos lectivos porque durante el año hubo pérdida de días de clase que no permitieron cumplir con la cantidad de horas/cátedra dispuestas. La enseñanza primaria se imparte en aulas inadecuadas, la media hace paros porque sus techos se caen o pasa la lluvia por ellos. La universitaria discute la autoridad del rector de la principal universidad del país, y tampoco asiste regularmente a clase. Algunos profesores convocan a clase en la calle, donde disertan entre el ruido de los vehículos con lo cual no creemos que nadie pueda admitir que los alumnos reciben la instrucción que debieran y en el tiempo y lugar adecuado.
Creemos que ha llegado el momento que todos los ciudadanos nos sentemos a evaluar nuestros errores, y se intente formar gobierno – republicano, democrático – electo – con aquellos que formulen planes concretos de desarrollo, planes quinquenales de Estado que estructuren medidas que intensifiquen el desarrollo del país, teniendo presente algunas de las siguientes bases:
– apoyo a la educación en todos sus niveles – no hay progreso sin educación;
– reforma tributaria, sobre la base de que los impuestos graven las ganancias y no el trabajo;
– apoyo formal a toda actividad productiva fomentando las exportaciones pero sin poner frenos ridículos a las importaciones pues del intercambio siempre se obtienen réditos que permiten mejorar la propia producción;
– Programas de corto, mediano y largo plazo para la realización de obras públicas imprescindibles para el desarrollo de las actividades productivas y su pertinente ifnanciación;
– Coparticipar equitativamente los recursos con los gobiernos provinciales, haciendo verdad que somos un país federal.
El tema da para mucho más. Quien suscribe parte en un viaje que le insumirá todo este mes, por lo que retomará su contacto con Ustedes recién en la primera semana de octubre. Ansío que al volver algo haya cambiado para bien, y no tener que escuchar diariamente discursos masivamente difundidos por radios y televisoras, que sólo hablan de enemigos, de tal o cual medio de prensa, o de tal o cual empresa. Que nos hablen de proyectos realizables, que cuando inauguran una obra sea verdad y no un telón pintado, como cuando inauguran una escuela o un hospital y diez minutos después el equipamiento mostrado es subido a camiones gubernamentales que lo trasladan a otro destino que servirá para otra inauguración. Que recuerden un pensamiento de Carlos Siller, que dice:
La Palabra:
Divide cuando se utiliza como navaja, para lesionar; resta cuando se usa con ligereza para censurar; suma cuando se emplea para dialogar, y multiplica cuando se da con generosidad para servir.
Y que no sea cierta la noticia que ha comenzado a circular, de que la semana pasada fue interceptado por las policías provincial y elementos de Gendarmería Nacional en el sur de la Prov. de Buenos Aires, mas precisamente en proximidades de la ciudad de Tres Arroyos, un camión con un container, que al ser revisado provocó la requisa de casi mil fusiles AK-47 nuevos, conocidos como Kalashnikov. Los medios de prensa no se han hecho eco de esta noticia, que por lo que nos aseguran nuestras fuentes, es cierta, lo que nos lleva a preguntarnos: Un armamento de guerra, usualmente utilizado también por milicias revolucionarias o terroristas, como entró al país y a quien venía destinado?
Las emisiones semanales de REFLEXIONANDO JUNTOS continuarán como desde hace seis años lo vienen haciendo semanalmente, a cargo de nuestros amigos, Gálvez y Bunse, como siempre.
Hasta la próxima, amigos,
Alejo Neyeloff