El empresario promete la creación de un millón de empleos en el período 2010-2014, años posteriores a una de las peores crisis económicas mundiales desde la Gran Depresión en 1929. “Estas metas, ambiciosas pero factibles, están respaldadas por un conjunto potente de políticas. Hay un círculo virtuoso entre crecimiento, empleo y reducción de pobreza”, escribió en la página del candidato el profesor del Instituto Económico de la Universidad Católica, Felipe Larraín.
La influencia de la ideología del libre mercado se ve a lo ancho y lo largo de sus propuestas. Para el millonario no es necesario dar más poder al Estado, sino transformarlo en un actor lejano, pero eficiente con organismos cada vez más autónomos. “A diferencia de la Concertación (en el gobierno) no queremos un Estado gigante y burocrático que haga mal lo que no debe hacer y sea incapaz de hacer bien lo que sí tiene que hacer”, reza el programa de gobierno de Piñera.
El millonario marca sus distancias del ideal de un Estado de bienestar para acercarse a aquel que disminuye las trabas para la libre competencia y aumenta los incentivos tributarios. Declarado defensor del emprendimiento, Piñera ha prometido acompañar a las pequeñas y medianas empresas facilitándoles el acceso a diversos créditos para su financiamiento, mientras que el aparato estatal disminuye su burocracia.
Las mentes detrás del millonario, 1.200 profesionales, casi todos con estudios en prestigiosas universidades extranjeras, conforman el grupo Tantauco y durante dos años se distribuyeron en 36 comisiones para armar el programa de gobierno del empresario. Éste se transformó, así, en la carta presidencial más segura que ha tenido la derecha en los últimos 50 años. “Sebastián Piñera está hecho a la medida para las necesidades del país del momento. Él tiene la gran virtud de ser un especialista en arreglar organizaciones productivas que no andan bien, y nuestra economía decididamente cae en esta categoría”, comentó en una columna, el jefe del Departamento de Economía del MIT, el chileno Ricardo Caballero. Como anticipando que los chilenos iban a votar por él, Piñera ya se preparaba, contando con este favoritismo, para rentabilizar los recursos de Chile.
fuente dpa-critica