Amado Boudou sonaron a amenaza (poco) velada. Fue justo antes de la conferencia de prensa en la que el ministro acusó al presidente del Banco Central, Martín Redrado, de sumarse a la “politiquería barata” que le pone “palos en la rueda” al Gobierno.
A Boudou lo escuchaban los directores del Central que acudieron a la cita improvisada a media mañana, con la que el kirchnerismo buscó confirmar que cuenta con mayoría de apoyos en el directorio contra el número uno de la autoridad monetaria. Según revelaron a Crítica de la Argentina fuentes que participaron del encuentro, allí dieron el presente los hiperpingüinos Gabriela Ciganotto y Waldo Farías, el ex radical Miguel Pesce y los recientemente incorporados Sergio Chodos y Carlos Sánchez. Ciganotto, ex jefa del Banco Nación e íntima de Cristina desde cuando trabajaba como su contadora en Río Gallegos, era la garantía de incondicionalidad K.
Los tres directores que pegaron el faltazo fueron Carlos Pérez –socio histórico de Redrado desde la época de la Fundación Capital–, Arnaldo Bocco –con quien tejió una relación bastante estrecha en Reconquista 266– y Zenón Biagosch. El veterano Arturo O’Connell, otrora delegado allí de Roberto Lavagna, se excusó desde una gira por Italia y así zafó de quedar encasillado en alguno de los dos bandos.
Las fuentes revelaron que en la reunión sólo se repasó la situación de Redrado tras el pedido público de renuncia que le había hecho a la mañana el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández.
“La institucionalidad no se defiende violando normas vigentes”, le disparó uno de los directores presentes. Los demás argumentos los repitió Boudou en la conferencia de prensa.
Pero hubo un detalle que no se mencionó. La obsesión del Gobierno –y especialmente de Boudou– es dar señales de “certeza” a los acreedores y a la City. Por eso en la Rosada preocupa que a fines de septiembre no sólo vence el mandato de Redrado, sino también los de Pesce, Farías, Biagosch, O’Connell y Bocco.
Y eso lleva implícitas dos consecuencias. Por un lado, que el nuevo Senado (con más opositores) podrá inclinar la balanza en el directorio contra el kirchnerismo, porque ahí se eligen sus miembros. Por otro, quien asuma en lugar de Redrado -en caso de que acepte dimitir- sólo tendrá mandato hasta completar el suyo en septiembre. Poco tiempo como para dar demasiadas certezas.
Fuente : critica