Roberto Feletti había emigrado de las huestes de Ibarra a las de los Kirchner. El cambio de vereda fue recompensado: integra el equipo de Amado Boudou como secretario de Política Económica, aunque políticamente responde al ministro Julio De Vido. Esta aparente anomalía es normal en el esquema kirchnerista en el que se privilegian, por una táctica de poder, los vínculos radiales. Este método garantiza el control centralizado y, además, recorta las jerarquías.
Boudou es un liberal en reconversión forzada al progresismo. El tránsito desde la UCeDé a la militancia del peronismo duro se le nota porque el aprendizaje no es rápido ni fácil. A veces debe sobreactuar para encontrar un tono creíble.
En cambio, Feletti es un militante del “progresismo” desde su iniciación en la Fede del PC. Por lo tanto, sus consideraciones sobre el uso de las reservas para la política interna, posición que ya había sostenido, suena como un principio, algo que a Boudou pondría en aprietos.
El comunicado de Feletti le apunta a Martín Redrado, jefe del Central, y forma parte de la ofensiva para vencer las resistencias internas y disponer de las reservas del Banco Central. El funcionario, que cultiva un bajísimo perfil, salió de ese medio tono para acusar a la “derecha” de obstaculizar la creación del Fondo Bicentenario. No hay dudas sobre quién está detrás del palazo para Redrado: no es otro que Kirchner. El sugestivo comunicado fue distribuido por escrito y su intencionalidad, transparente. Revela que la fuerte presión sobre el BCRA no cesará hasta conseguir el objetivo.
Redrado había advertido que para volver al mercado no hay que tomar atajos. Esto fue leído como lo que fue: una crítica al Gobierno porque abre las puertas para el uso político e indiscriminado de las reservas acumuladas.Clarín