Bergoglio dijo que la Ciudad de Buenos Aires era coimera y que los porteños somos vanidosos: Puede ser que seamos vanidosos, pero coimeros no. (…) La Ciudad de Buenos Aires suele juzgar este tipo de delitos (…) destituyó un jefe de gobierno (…) Lo juzgó en términos políticos, es una ciudad que no se queda quieta (…) lo que puede ser cierto es que hubo una situación de corrupción. (…).”