El túnel fue detectado por la sonda japonesa Selene, que fue lanzada al espacio en setiembre de 2007 y hasta junio pasado estuvo en órbita, a 100 kilómetros de altura. El equipo conducido por Junichi Haruyama, de la Agencia Espacial Japonesa JAXA, publicó los detalles de su hallazgo en la revista Geophysical Research Letters.
Los científicos suponen que el túnel se formó hace miles de millones de años, cuando la Luna estaba más caliente y tenía actividad volcánica; de hecho, se encuentra en la región de Marius Hills, conocida por haber sido volcánica.
Según la revista The New Scientist, que analizó el hallazgo, determinar el origen de esta especie de tragaluz es como la historia del huevo y la gallina. Podría haberse formado por un flujo de lava, con un tapón de lava más frágil, que mucho tiempo después colapsó. Pero también podría haber surgido durante un sismo, o por el impacto de un meteorito, o por la presión creada por la fuerza de gravedad que ejerce la Tierra; y por ahí podría haber fluido la lava, y expulsado el tapón del túnel.
"Los tubos de lava, como si fueran canales subterráneos por los que en un tiempo fluyó lava, se encuentran normalmente en la Tierra", señalaron los investigadores. Si bien ya se creía que podría haber agujeros similares en la Luna, hasta ahora no se había encontrado ninguno que pudiera estar asociado a un tubo de lava.
Los investigadores continúan analizando imágenes de la zona, tomadas con una iluminación diferente, para ver si descubren más huecos. Según científicos consultados por The New Scientist, el agujero podría ser la boca de entrada de una red de túneles subterráneos. Además, las imágenes de alta resolución que aporte la sonda LRO de la NASA, en órbita desde junio, pueden aportar más información sobre el túnel. Quienes apuestan a la colonización de la Luna señalan que este túnel podría ser de gran utilidad para construir un refugio que proteja a los astronautas de la peligrosa radiación que castiga la superficie lunar -sin atmósfera ni magnetosfera protectoras-, como también del impacto de meteoritos, y de las bruscas fluctuaciones de temperatura.
Pero tampoco está claro aún que sea posible descender por el túnel: es probable que se encuentre bloqueado por escombros, o bien por lava solidificada. w
Este año se confirmó otro dato vital: en la superficie lunar hay agua
El año pasado, dos hallazgos espectaculares vinculados con el agua reavivaron las fantasías en torno de la colonización de la Luna. El primero ocurrió en setiembre, fue el descubrimiento de un probable proceso actual e hidratación, a partir de moléculas de hidroxilo (OH), o de agua (H2O), o de ambas en la superficie, que se concentran en mayor cantidad en las superficies polares, por ser más frías. Eso significa, nada menos, la posibilidad de contar con el líquido más vital para la supervivencia humana.
El 13 de noviembre, la NASA anunció que la sonda LCROSS había encontrado una cantidad significativa de agua en forma de hielo, en el fondo de un cráter situado en el polo sur de la Luna. Esa noticia fue más auspiciosa aún para quienes piensan que, algún día, la posibilidad de vivir en la Luna sería posible. El agua no sólo es importante como elemento vital, sino también como fuente de hidrógeno, potencial combustible para naves espaciales. Una base en la Luna -el cuerpo más cercano a la Tierra- permitiría contar con abundantes elementos para la construcción, como también para la protección contra la radiación cósmica y solar. Algunas desventajas son la larga noche lunar (casi 15 días terrestres) que, sumada a la ausencia de atmósfera, crea temperaturas extremas.
fuente clarin