Un comunicado de la policía citado por la agencia oficial Irna confirmó la muerte de las cinco personas, "en condiciones sospechosas", por lo que "los especialistas tratan de identificar a los autores de esos incidentes".
Se trata de los enfrentamientos más sangrientos entre la oposición y las fuerzas de seguridad desde las grandes manifestaciones de junio contra la reelección del presidente Mahmud Ahmadinejad.
El gobierno de Estados Unidos condenó este domingo "la represión violenta e injusta de civiles que buscan ejercer sus derechos universales en Irán", tras los enfrentamientos con las autoridades en Teherán.
Washington "condenó firmemente" la violencia, declaró por medio de un comunicado de prensa Mike Hammer, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional (NSC).
"La esperanza, la historia, y también Estados Unidos, están del lado de los que quieren expresar pacíficamente sus derechos universales", añadió.
La web reformista Parlemannews.ir dijo que Seyed Ali Musavi, sobrino de 35 años de edad de Mir Hosein Musavi, fue alcanzado por una bala en el pecho en el centro de Teherán y murió después de ser trasladado a un hospital.
"Musavi, los padres de este mártir del movimiento verde, y varias personalidades políticas se encuentran actualmente en el hospital", añadió el portal de los parlamentarios de la oposición, en referencia al emblemático color de los partidarios del ex candidato a las elecciones presidenciales.
Antes, el jefe-adjunto de la policía iraní, Ahmad Reza Radan, había dado en la televisión oficial un balance de cuatro muertos, pero desmintiendo implícitamente que las muertes estuvieran vinculadas con la represión.
"Una (de las víctimas) murió al caer de un puente, dos otras en un accidente de coche y otra murió por bala", indicó Radan. "Como la policía no utilizó armas de fuego, (este fallecimiento) es sospechoso y una investigación está en curso", añadió.
Por su parte, el ministerio francés de Relaciones Exteriores condenó "las detenciones arbitrarias y la violencia" en Teherán contra "simples manifestantes" y habló de ocho muertos, aunque precisó que este balance está basado en informaciones de prensa no confirmadas.
La AFP no pudo verificar ningún balance de muertos ya que la prensa extranjera tiene prohibida la cobertura de las manifestaciones de oposición.
Decenas de miles de opositores que llegaron en pequeños grupos confluyeron repentinamente en varios puntos de la avenida Enghelab (centro de Teherán), aprovechando las procesiones previstas por el Ashura -día de luto chiita que conmemora la muerte de Husein, nieto de Mahoma-, según testimonios concordantes recogidos por la AFP.
Los manifestantes tomaron a veces por sorpresa a las fuerzas de seguridad, agregaron esas fuentes.
Numerosos enfrentamientos, a veces muy violentos, rápidamente opusieron a manifestantes y fuerzas anti-motines en esta gran arteria, que ya había sido escenario de grandes manifestaciones en junio contra la reelección de Ahmadinejad. Esas manifestaciones se habían saldado con 36 muertos según el gobierno y 72 de acuerdo a la oposición.
En esta ocasión, la policía intervino rápidamente, utilizando gases lacrimógenos y cargando contra los manifestantes que respondieron incendiando cestos de basura y lanzando piedras, según los testimonios.
Los enfrentamientos fueron particularmente fuertes cerca de la plaza Enghelab, en donde varias miles de personas lograron reunirse antes de que la policía interviniera, según estas fuentes.
Según testigos, varios miles de partidarios de Ahmadinejad organizaron una contra-manifestación y desfilaron por una parte de la avenida Enghelab.
Siempre de acuerdo con los testimonios, varios vehículos de policía fueron incendiados por los manifestantes, que coreaban a menudo "muerte al dictador", nombre dado por la oposición al presidente Ahmadinejad desde su reelección.
Otros violentos enfrentamientos tuvieron lugar en varias ciudades iraníes como Ispahán y Najafabad (centro), Shiraz (sur) y Babol (norte), según Rahesabz.
Los enfrentamientos del domingo coinciden con un clima de gran tensión política por la muerte la semana pasada del gran ayatolá disidente Alí Montazeri.