Argibay es una de las figuras más emblemáticas de la Corte y no duda en mostrarse distante del Gobierno. Pero tampoco avala a sus críticos.
—Cuando Aníbal Fernández frenó un allanamiento a la sede del gremio Aeronavegantes, ¿cometió una intromisión en la Justicia?
—El no puede decir que la orden es inconstitucional. Además, pasó por arriba de su colega, quien, en teoría, maneja la fuerza policial, el ministro de Justicia (Julio Alak). Cuando Aníbal me llamó, le dije: “Estás desbordado. Sos un elefante en un bazar. No podés salir a decir que algo es inconstitucional porque no sos quién para hacerlo. No sos juez. Tampoco podés salir a dar explicaciones estúpidas. Colgaste varias bolillas del derecho procesal”.
—¿Cree que la conducta de Fernández puede ser objeto de un juicio político?
—No sé qué opinarán los diputados y senadores que tienen que ocuparse de eso.
—¿Hay presiones del Gobierno a los jueces?
—Los jueces que están presionados, lo están porque se dejan presionar. Yo, por lo menos, no tengo ningún tipo de presiones.
—Luego de los fallos contra la Ley de Medios, la Presidenta habló de presiones del poder económico sobre la Justicia. ¿Existe esa presión?
—Puede ser. Las presiones siempre vienen de un grupo de poder.
—El cuerpo de peritos contables de la Corte quedó en la mira luego de que el juez Oyarbide determinara que los Kirchner no se enriquecieron ilegítimamente…
—El cuerpo de peritos contables está intervenido porque ya tuvo algunos problemas. Se hizo una auditoría y se decidió que debían designarse nuevas autoridades. Estaba en la mira hace mucho. De la auditoría, salieron varias propuestas de sumarios administrativos y la decisión de intervenirlo por seis meses. Pero todavía no firmamos la acordada.
—Si el cuerpo de peritos no es confiable, ¿el fallo de Oyarbide no es confiable?
—El cuerpo no es ni deja de ser confiable. Puede ser que algunos peritos no sean confiables.
—En el caso del supuesto enriquecimiento ilícito de los Kirchner ¿se podrá rever el peritaje en una apelación?
—Sí, en una apelación.
—Los presuntos familiares de los hijos de Herrera de Noble no quieren que las pruebas de ADN se hagan en el cuerpo médico de la Corte…
—No veo por qué. El único problema es que el servicio está tercerizado a laboratorios por falta de insumos y esto puede que no los convenza.
—El subsecretario norteamericano Arturo Valenzuela, dijo que no hay seguridad jurídica para invertir en el país ¿Hay seguridad jurídica?
—Yo creo que sí. El problema es qué entiende Valenzuela por “seguridad jurídica”. Los fallos de los jueces son criticables. Al que le dimos la razón dice que somos maravillosos y al que no le dimos la razón dice que no hay seguridad jurídica.
—Una veintena de senadores fue a la Corte Suprema para pedir que intervenga en la distribución de coparticipación. ¿Tomarán cartas en el asunto?
—Ya dijimos que no nos corresponde. Si los senadores se quieren presentar tienen que hacerlo en casos concretos y no en forma genérica.
—¿Los senadores quieren que la Corte asuma funciones que no le corresponden?
—Claro, pretenden que aparezcan en la Corte temas que hay que solucionarlos política y no judicialmente. Evidentemente a nivel político hay algo que no está funcionando.
—¿Qué no funciona?
—Hay varias fallas. Nos hemos desacostumbrado a que la discusión política se dé en el Congreso, si hay una mayoría que aprueba una ley y una minoría que se quedó frustrada porque no la pudo impedir. No pueden decirnos: “Intervengan ustedes para declarar inconstitucional una ley”.
—Este año la Corte falló a favor de la libertad sindical, lo que molestó a la CGT. ¿El unicato se contradice con derechos constitucionales?
—En general, nos basamos en las convenciones internacionales incorporadas a la Constitución. Pero es una cuestión de interpretación de cada convención, de los Consejos de Instrucción que suele dar la OIT también.
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A favor de una reforma del Consejo, pero sin Lorenzetti
La jueza Carmen Argibay habló del cuestionado Consejo de la Magistratura y se mostró en contra de que el presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, pueda asumir como máxima autoridad del polémico organismo, que nombra a los jueces en sus cargos. A pesar de que varios sectores de la Justicia y la oposición apuntan a que Lorenzetti puede presidir el Consejo, para que eso sucediera, “tendría que modificarse la ley (que reglamenta el organismo) y volver al sistema anterior”. “Yo creo que el presidente de la Corte ya tiene bastante que hacer. Lo que sí creo es que el presidente del Consejo de la Magistratura tiene que ser un juez”, afirmó Argibay.
La jueza admitió que el Consejo “está muy cuestionado” desde que fue modificado por el kirchnerismo y dijo que debería ser reformado. “Está visto que así no funciona”, agregó, aunque no quiso detallar qué debe reformarse en el organismo. “De eso no opino, los consejeros son los primeros que deberían poner de manifiesto qué debe reformarse. Y después, todo depende de la ley”. Argibay negó la versión de que la Corte creará un cuerpo auditor para poder controlar al Consejo de la Magistratura. “No tenemos facultades para controlar al Consejo de la Magistratura. Estaríamos haciendo algo que no debemos”, aseguró.
El “papelón” del macrismo
La jueza Argibay Molina, que se prepara para sus 15 días de vacaciones en un crucero por las costas brasileras, adelantó que la Corte Suprema deberá fallar en 2010 sobre el matrimonio gay, luego de que una jueza suspendiera el primer matrimonio entre dos hombres. “La Corte fallará sobre el fondo del asunto”, adelantó la magistrada y criticó con dureza al gobierno de Mauricio Macri. “Lo que hizo el Gobierno de la Ciudad fue un papelón; enviar una carta a la Corte para que intervenga. Es como si alguien me enviara una carta a mí diciendo: ‘Tengo un problema. Usted, que es la Corte, ¿no me lo soluciona?’. Ni siquiera se planteó un recurso, una causa. Es lo que nosotros llamamos ‘presentaciones varias’, que son impresentables, en general. Un papelón”, dijo a PERFIL. La Corte también volverá a fallar sobre libertad sindical y sobre el Consejo de la Magistratura.
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