desde 2003. En eso coincidieron cuatro de los principales economistas de la Argentina, consultados por El Cronista. También remarcaron que el dólar se mantendrá alrededor de los $ 4 a fin del año próximo.
Rogelio Frigerio ( Economía & Regiones), Eduardo Curia (Centro de Análisis Social y Económico), Ricardo Delgado (Analytica) y Marina Dal Poggetto (Estudio Bein&Asociados), auguraron una expansión de la actividad con un piso de entre 3% y 4%. El PBI, coincidieron, estará impulsado por la buena cosecha de soja y la mejora en los precios internacionales, por un lado, y la suerte de Brasil, el principal socio comercial del país, por otro.
“Dos puntos del crecimiento serán explicados solamente por el efecto derrame del campo sobre el resto de la economía”, estimó Frigerio, quien prevé una expansión de, al menos, 3% para 2010, luego de una recesión del 3,4%. En su opinión, “la inseguridad jurídica, el discurso anti–mercado, el fuerte intervencionismo discrecional, la inestabilidad y la falta de claridad en las reglas de juego” obstaculizan un repunte de la inversión necesario para volver a altas tasas de crecimiento. Además, remarcó que el consumo no recobrará el vigor de años anteriores y crecerá apenas 2,5% o 3%, porque “los salarios no se ajustarán por encima de la inflación”.
Curia, quien supo pensar el modelo económico desde 2002, estimó un repunte de la actividad del 4%, aunque alertó: “La gran cuestión es el horizonte de sustentabilidad del asunto” más allá de 2010, luego de que “un intento de reciclaje del modelo competitivo productivo” fuera descartado y reemplazado, a su criterio, por el endeudamiento externo.
Dal Poggetto, en tanto, fue más optimista y prevé un aumento del 4,8% en el PBI, siempre y cuando exista una apertura parcial del crédito. “En el corto plazo hay capacidad ociosa disponible en prácticamente todos los sectores para crecer sin cuellos de botella”, remarcó.
Los problemas
En ese sentido, la inflación y la conflictividad social son los principales obstáculos al crecimiento, aseveran los economistas. Prevén una aceleración del costo de vida de entre 16% y 18%, luego de un año de estanflación, con contracción económica y suba de precios del orden del 15 por ciento.
La inflación, impulsada por el costo de los alimentos y una probable regularización de las tarifas de servicios públicos, recalentará la puja salarial. Dal Poggetto espera que los salarios crezcan algo más que los precios, un 19%. “Si bien el tipo de cambio funciona en alguna medida como ancla, los precios de los bienes van a contener esta inercia, pero en el caso de los servicios, el traslado a precios de las subas salariales será prácticamente inmediato”, dijo.
Sin embargo, la puja salarial no será la única, en una economía que no crecerá lo suficiente como para generar rápidamente empleo: “Como la economía no tiene capacidad para recuperar los 340.000 puestos de trabajo perdidos en 2009, seguirán existiendo conflictos de corte social–distributivo”, aseveró Delgado, quien además cree que el plan de asignación de $ 180 por hijo contribuirá a agilizar el consumo. “Un crecimiento modesto no va a permitir ni que suba significativamente la tasa de empleo ni que baje el desempleo”, agregó Frigerio.
Los problemas de caja, luego de que el Gobierno asegurara el pago de deuda con reservas del Banco Central e incrementara los coqueteos con el mercado financiero, quedan para más adelante y no serán necesarios mayores retoques en el gasto. Más bien, Curia piensa lo contrario “Queda abierta una mayor contribución del gasto público (al crecimiento), con una inversión pública más bien modesta”.
Fuente : El Cronista