Los cuatro acompañarán otro ciclo la gestión política de la ministra de Defensa, Nilda Garré. Un mérito que en el marco interno de las fuerzas parece ser más bien demérito. Algunos –Chevalier y Godoy- llevan tantos años en el cargo (7) que su posición bloquea la renovación natural de jerarquías dentro de la pirámide miliar. Es una costumbre del político la de conservar en el puesto a los incondicionales, hábito que trasladado al paño castrense suele enemistar a los mandos con sus cuadros subalternos.
En uso del poder delegado por Cristina Kirchner a la jefa castrense a través del decreto Nº 1736/09 que establece: “el procedimiento relacionado con la promoción, la permanencia en el grado o en la eliminación de Personal Militar dentro de la categoría de Oficial Superior”, Garré agregó 6 nuevos oficiales superiores al padrón de los ascendidos que hoy reciben sus galones. Estos pliegos –en poder de la presidente- serán elevados a consideración de la Comisión de Acuerdos del Senado en marzo de 2010.
La información fue adelantada en un cóctel de fin de año que ofreció la ministra en el quincho de Remonta y Veterinaria, esa noche Garré y los jefes dejaron plantado al general Douglas Fraser, jefe del Comando sur, quien los había invitado a la residencia de la embajadora Vila Martínez. Los seleccionados pertenecen en su mayoría al Estado Mayor Conjunto (EMC), son: del Ejército, Daniel Camponovo, ascenderá a teniente general, Comandante Operacional del EMC; de la Armada, Jorge González, segundo de Camponovo y Antonio Torres, Jefe de Planeamiento Estratégico, serán vicealmirantes; de la Fuerza Aérea, Raúl Acosta, Jorge Díscoli, y Humberto Trisano, Jefe de Operaciones del EMC, ascenderán a brigadieres mayores.
Sabotaje
La decisión de la ministra busca jerarquizar la estructura de mandos del EMC en línea con la reglamentación de la ley de Defensa. En más de un comentario interno Garré sostuvo que algunas fuerzas parecen sabotear el proyecto congelando a los oficiales en sus grados a pesar de reunir condiciones para ser promovidos. El caso Camponovo viene con premio, es el general preferido por la ministra para suceder a Pozzi.
La Armada es la única que comunicó por radiograma interno –el viernes último- su conducción superior, aún antes de la formalización de los ascensos en la Casa Rosada.
El poder sigue como hasta ahora en el triunvirato de Godoy, su segundo el vicealmirante Benito Rótolo y el director general de Personal, vicealmirante Enrique Olmedo, mejor posicionado ahora que tendría una pata familiar en la administración de Mauricio Macri. Puede modificarse ad referéndum de lo que resuelva la Cámara de Casación acerca de qué jurisdicción es competente para entender en el proceso del espionaje ilegal en Trelew que se le sigue a Godoy y su segundo Rótolo. Ante ese escenario conservó a dos vicealmirantes que serían la sucesión natural: Oscar Manino, director general de material, estructura de proyectos y adquisiciones y Carlos Paz, comandante de operaciones navales, el dueño de “los fierros”. El jefe naval movió algunas piezas, sacó al comandante de la Aviación, Carlos Machetanz y lo reemplazó por el nuevo contralmirante Rafael Cornejo Solá, un salteño vinculado a la familia judicial de su provincia. También ubicó al contralmirante Eduardo Castro Rivas en el puesto más sensible de contacto con el mundo político y los medios de prensa, secretario general naval.