El ídolo pudo haber disputado su último juego en Boca. Por eso, la gente jugó su papel. Lo ovacionó en la previa, ante cada gol del equipo y lo hizo emocionarse cuando fue reemplazado
Carlos Tevez nunca olvidará este encuentro ante Colón. Al margen de la decisión que tome tras el receso que se avecina, el Apache se llevó la ovación de su vida. Los hinchas de Boca jugaron su papel en busca de torcer la historia, como lo hicieron en otras oportunidades en que la Bombonera “habló”.
Apenas pisó el campo de juego el equipo, de los cuatro costados bajaron los cánticos a favor del ídolo y el pedido unánime: “Carlitos es de Boca, de Boca no se va”. Carlos Tevez respondió el gesto con un saludo y con otra actuación memorable.
En cada acción que protagonizó, luego de cada gol y al final, los simpatizantes xeneizes jugaron su última carta buscando torcer la historia que parece sentenciada y que es el retiro o el seguir jugando en China.
A los 43, el momento más complicado para Carlos Tevez. Guillermo Barros Schelotto decide reemplazarlo y la gente nuevamente le entregó una gran ovación. Hasta un hincha se metió al campo de juego, se arrodilló ante él y le pidió que no se fuera. Entre lágrimas, saludó uno por uno a los integrantes del vestuario.
Al finalizar el partido, Carlos Tevez decidió no hablar con la prensa. Camino al túnel dejó ver la emoción y las lágrimas volvieron a correr por su cara. El tiempo dirá si fue por última vez como jugador de Boca.
fuente infobae